Evaluación diagnóstica

Las intervenciones terapéuticas pueden producir mejoría pero también agravar una situación si se aplican en la persona o momento incorrectos.

A veces varias intervenciones son posibles para abordar un mismo problema y la elección de una u otra es un arte en el que la preferencia del paciente juega un papel primordial.

Es importante que el profesional que dirige esta evaluación conozca varios abordajes terapéuticos y pueda seleccionar el más apropiado para cada paciente. De lo contrario, existe el riesgo de que el paciente se vea forzado a recibir la intervención preferida del evaluador.

«Si la única herramienta que tiene es un martillo,
pensará que cada problema que surge es un clavo» – Mark Twain

El proceso de la evaluación diagnóstica

El profesional que emprende una evaluación diagnóstica necesita dos tipos de información sobre el paciente:

a) Información factual que puede ser recogida en un cuestionario previamente a la entrevista (descargue el cuestionario aquí).

b) Comprensión del modo de pensar y relacionarse del paciente, recursos y vulnerabilidades movilizables durante la terapia, así como motivación, etc.

Durante la entrevista diagnóstica, el profesional y el paciente alcanzan un entendimiento común preliminar y discuten las intervenciones terapéuticas disponibles.