El 25 de junio de 2023 el Diario.es publicó la noticia titulada “La Policía obliga a la cantante Rocío Sáiz a cubrirse los pechos durante un concierto en el Orgullo de Murcia”https://www.eldiario.es/murcia/cultura/policia-obliga-cantante-rocio-saiz-cubrirse-pechos-durante-concierto-orgullo-murcia_1_10324985.html Resumo los hechos referidos antes de pasar a comentarlos.
La policía exigió a la cantante que se tapara los pechos, a lo que ella se opuso. Al final, la cantante se tapó los pechos y continuó cantando, volviendo a desvestirse en la última canción.
A continuación, la policía le exigió que hablase con el inspector antes de recoger sus cosas del camerino, lo que la cantante interpretó como “coacción de libro”, negándose a ello. El inspector la acusó de alterar el orden público quitándose la camiseta dos veces delante de niños y la amenazó diciendo “pídeme perdón o te vas esposada”.
En un momento del enfrentamiento, Rocío Saiz le preguntó al policía “¿si fuese un hombre me estarías denunciando?” a lo que éste contestó: “no”, “si lo hace un hombre no es ilegal”; añadiendo “esto es lo que habéis votado”. La cantante proclamó posteriormente “queremos que se visibilice el cuerpo femenino”.
Tras los hechos, la cantante comunicó en su red social su expectativa de que le iba a llegar un atestado por “enaltecimiento del orden, exhibicionismo y desacato a la autoridad”, “y supongo que la de la homosexualidad y vagos y maleantes”.
Creo que el conflicto de base se plantea, una vez más, sobre la exhibición del cuerpo de la mujer y la diferencia entre ésta y el hombre. La cantante reivindicaba su liberación y la policía el cumplimiento de la ley. Entiendo que la ley a la que se hace referencia aquí es la prohibición de exhibirse sexualmente ante menores. Los pechos femeninos son un carácter sexual secundario, mientras que el del hombre no lo es. En esto el cuerpo del hombre y el de la mujer son diferentes, y la ley los trata como tales.
Más allá de que la ley prohíba la exhibición de elementos sexuales ante los menores, la sexualización precoz de los niños es dañina. Desconozco qué niños, con qué edades y grado de desarrollo, se encontraban en el concierto. Es probable que la visión de unos pechos no hubiese afectado a su salud. La ley es un instrumento romo a la hora de marcar límites, y parece arbitraria cuando determina cuántos centímetros de piel se pueden mostrar a personas con un número determinado de años de edad. Sin embargo necesitamos unos límites (u otros), y es la ley la que debe marcarlos. El pecho femenino no es igual al masculino, pero tampoco es un genital. Ocupa una posición intermedia a la que hay que asignar un lugar, y esta asignación resulta controvertida en nuestra cultura.
Otra cuestión que se pone en juego aquí es el papel de la autoridad, representada por la policía. Desde las revoluciones ilustradas circula una corriente de pensamiento según la cual hay que defender la libertad y la voluntad individual, considerando ilegítima la acción de la autoridad que las reprime. Esta idea roussoniana toma especial fuerza en la defensa de colectivos que se sienten maltratados por el “status quo”. Las luchas por la liberación del cuerpo de la mujer y el “orgullo gay” se inspiran en esta ideología. Sin embargo, la imposición de la ley democrática, y la acción policial dedicada a ello, son justas y necesarias, al menos en principio, aunque repriman libertades individuales.
La legitimidad de la policía no exime a ésta de la necesidad de rendir cuentas por sus acciones y de asumir las consecuencias de sus errores. En este sentido me llama la atención que el policía exigiera a la cantante que le pidiese perdón bajo la amenaza de detenerla en caso contrario. Si la artista había incumplido la ley y requería ser detenida, la petición de perdón a un policía no debería eximirla de ello. Si la detención no estaba justificada, su uso como elemento de amenaza supondría un grave abuso de autoridad.
Otra cosa que me sorprende es la expresión “esto es lo que habéis votado”, por parte del inspector. ¿A quiénes se refiere? Si quiere decir que los ciudadanos han votado la ley (a través de sus representantes) debería incluirse él también. Si se refiere a un colectivo particular con el que vincula a Rocío Saiz, me parece reprochable. La responsabilidad de las leyes la compartimos todos los ciudadanos, eso es lo que las legitima. Posteriormente se ha sabido que el policía será investigado para aclarar su responsabilidad.
También creo que hay que clarificar la responsabilidad de la otra parte, de Rocío Saiz, y me gustaría señalar algunas cuestiones. Creo que hay una provocación en quitarse la camiseta por segunda vez tras habérsela puesto por indicación de la policía. No entiendo por qué llama coacción a que la policía le exija hablar con un inspector. Tampoco sé si realmente le llegará el atestado que anunció, pero si el desacato a la autoridad me parece plausible, me extrañaría que la acusasen de “enaltecimiento del orden”. La hipérbole de que la van a acusar por la ley de vagos y maleantes me parece particularmente torticera, pues desliza que la policía aplica leyes franquistas derogadas, deslegitimándola.
Parece que en este conflicto ha faltado medida y se ha llegado a una confrontación en la que se echan en falta claridad y, sobretodo, voluntad de entendimiento. Por muchas leyes que tengamos, si la policía o los ciudadanos quieren ir al choque, habrá choque. Y si hay choque, perdemos todos.
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